La Sombra en el Hospital San Ángel

El doctor Emiliano Rojas, un respetado cardiólogo, es encontrado muerto en circunstancias misteriosas en el Hospital San Ángel. Lo que parece un trágico accidente pronto se convierte en un peligroso juego de secretos y conspiraciones. 🕵️‍♂️💉

Alejandro y Laura, dos médicos decididos, descubrirán verdades que podrían poner sus vidas en riesgo. ¿Qué se oculta tras las puertas de este hospital? ¿Quién está dispuesto a matar para protegerlo?

🔍 Prepárate para una historia llena de intriga, peligro y giros inesperados.
💀 El Hospital San Ángel nunca volverá a ser el mismo.

🌧️ Una noche lluviosa. Un hospital en silencio.Un asesinato sin respuestas.

En una noche lluviosa de noviembre, el Hospital San Ángel parecía más solitario que nunca. La mayoría de los pacientes dormía, y los pasillos resonaban con el eco de los pasos de los pocos médicos de guardia. El hospital era conocido por su eficiencia y modernidad, pero esa noche, una sombra oscura se cernía sobre él.

El doctor Alejandro Vargas, uno de los cirujanos más respetados, estaba en su oficina revisando informes cuando recibió una llamada urgente. La enfermera Camila le informó que el doctor Emiliano Rojas, jefe del área de cardiología, había sido encontrado muerto en la sala de descanso del personal.

Alejandro corrió al lugar. Cuando llegó, encontró a otros médicos y enfermeros en la puerta. La escena era espeluznante: Emiliano yacía en el sofá, con una expresión de sorpresa congelada en su rostro. No había señales de lucha ni sangre, pero algo no cuadraba.

La doctora Laura Pérez, amiga cercana de Emiliano, murmuró:
—Esto no tiene sentido. Él estaba perfectamente sano.

—¿Qué hacía aquí a esa hora? —preguntó Alejandro, tratando de mantener la calma.

—Tenía una cirugía complicada esta noche. Quizás vino a descansar un momento —respondió Camila.

La policía llegó rápidamente. El detective Marcos Herrera, conocido por su aguda intuición, comenzó a interrogar al personal. Las preguntas revelaron poco, pero todos notaron una cosa: había tensión en el ambiente.

Horas después, el hospital seguía en alerta. Alejandro y Laura se reunieron en la cafetería.
—Hay algo extraño aquí —dijo Laura en voz baja—. Hace dos semanas, Emiliano me contó que había descubierto algo sobre la administración del hospital. Estaba preocupado.

—¿Qué podría ser? —preguntó Alejandro, intrigado.

—No lo sé, pero estaba investigando algunos informes de medicamentos. Decía que había irregularidades.

El detective Herrera interrumpió su conversación.
—¿Sabían ustedes que el doctor Emiliano había recibido amenazas?

Ambos se miraron sorprendidos.
—No… —respondió Alejandro—. Pero esto suena grave.

El detective continuó:
—Alguien borró las cámaras de seguridad del ala oeste, justo donde está la sala de descanso. Alguien con acceso.

Esa revelación dejó a todos en silencio. Al día siguiente, el hospital volvió a funcionar con normalidad, pero la sombra del asesinato seguía presente. Alejandro no podía dejar de pensar en lo que Laura le había contado. Decidió investigar por su cuenta.

Esa noche, entró en la oficina de Emiliano. Entre sus papeles, encontró un informe sobre un medicamento experimental que el hospital había empezado a utilizar sin la aprobación necesaria. Emiliano había descubierto que algunos pacientes habían sufrido efectos secundarios graves, y el hospital había ocultado esa información.

De repente, la puerta se abrió. Laura estaba allí, con una expresión de pánico.
—Alejandro, alguien me sigue. Creo que nos están vigilando.

Alejandro la calmó.
—Tenemos que ir a la policía. Emiliano fue asesinado porque sabía esto.

Cuando salieron de la oficina, escucharon pasos. Corrieron por los pasillos oscuros hasta llegar a la salida de emergencia. De repente, una figura apareció frente a ellos. Era el director del hospital, el doctor Samuel Morales.

—¿Qué hacen aquí a estas horas? —preguntó con voz fría.

—Sabemos lo de los informes. Sabemos por qué mataron a Emiliano —dijo Alejandro, firme.

Samuel sonrió, pero sus ojos estaban llenos de ira.
—Emiliano no entendía. Este hospital tiene que sobrevivir. A veces, hay que tomar decisiones difíciles.

Laura y Alejandro retrocedieron, pero Samuel sacó un bisturí.
—Ustedes no saldrán de aquí.

En ese momento, el detective Herrera apareció con varios policías.
—Baje el arma, doctor Morales. Sabemos todo.

Samuel fue arrestado. Las pruebas encontradas en su oficina lo vinculaban al asesinato de Emiliano. El hospital quedó en shock al descubrir la verdad: el director había aprobado pruebas ilegales de medicamentos para obtener beneficios económicos. Emiliano lo había descubierto y, por eso, había sido eliminado.

Laura y Alejandro quedaron como héroes, pero sabían que el precio había sido alto. El Hospital San Ángel recuperó su reputación con el tiempo, pero la sombra de aquella noche lluviosa nunca desapareció por completo.